Mientras que el precio promedio en la región (América Latina y el Caribe) por unidad de un pañal desechable para bebé es de 1,69 bolívares, en Venezuela se paga por el mismo producto 3,25 bolívares, lo que representa un sobreprecio de 52% en el referido artículo.
De acuerdo con algunos testimonios recogidos en supermercados y farmacias de cadena, en Caracas, hay coincidencia en denunciar el aumento semanal y sin justificación de este importante artículo infantil, refiere nota de prensa de la Superintendencia Nacional de Costos y Precios (Sundecop).
Mauro Vitola, padre de familia residenciado en el municipio Chacao, comentó que el precio es muy elevado, “no entiendo por qué se incrementa cada día”.
Subrayó que las presentaciones que traen menos pañales son, precisamente, las que más “suben” a pesar de que son las más compradas por los padres de familia, reseña la Agencia Venezolana de Noticias.
“Las de 16 cuestan ahora más de 57 bolívares, las de 24 pañales unos 78 bolívares y la de 32 valen casi 110 bolívares. Las presentaciones más grandes (de 60 y 68 unidades, respectivamente) cuestan cerca de 196 y 190 bolívares. Eso es un abuso”, dijo Vitola.
El promedio del precio de venta al público, por unidad, en algunos países de la región es (expresado en bolívares): Brasil Bs 0,62; Argentina Bs 1,17; El Salvador Bs 1,28; Estados Unidos Bs 1,50; México Bs 2,10; Colombia Bs 2,19 y Nicaragua Bs 3.
En estos países los pañales son mucho más económicos que en Venezuela a pesar de que son producidos y distribuidos en la región por la misma empresa transnacional.
Indira Bastidas, madre de un niño de dos años, aseguró que los comerciantes juegan a un terrorismo sistematizado, acaparando y especulando. “Me fijo en los precios de los pañales desde que se promulgó la Ley de Costos y Precios Justos y ha sido la única manera de que se detenga el alza constante. Es un ahorro significativo”, destacó.
No es un dato menor que el impacto de este producto en la inflación era del 33,57%, antes de que el Gobierno nacional tomara acciones para estabilizar el precio.
Isabel Quiñones, madre de dos niños, regresó de Argentina el pasado mes de diciembre y refirió que es sorprendente lo caro que están los pañales en su país natal.
“En Buenos Aires compraba en 89 pesos el paquete de 76 unidades; lo que al cambio significa Bs. 89, más o menos. La diferencia en el precio es de más de 60 bolívares por paquete, a pesar de que es la misma marca y presentación”, puntualizó.
La Ley de Costos y Precios Justos, en vigencia desde el 23 de noviembre de 2011, es un mecanismo de administración y control para mantener la estabilidad de precios y propiciar el acceso a los bienes y servicios a toda la población en igualdad de condiciones.
Este instrumento legal estabiliza los precios, defiende a los trabajadores y consumidores (protegiendo su ingreso) y frena los márgenes exacerbados de ganancia en algunos productos y servicios. Además, detiene la especulación que presiona el alza permanente de la inflación y fomenta un intercambio de bienes y servicios bajo criterios de equidad y justicia social.
Entre los productos priorizados en la primera etapa se encuentran: Ceras, cloros, jabón y enjuague de ropa, lavaplatos líquido en crema o gel, limpiadores desinfectantes, champú y enjuague para el cabello; desodorantes, jabón de baño, afeitadoras desechables, papel higiénico, toallas sanitarias, crema dental, enjuague bucal, jugos de frutas pasteurizados, compotas, pañales desechables y envases de agua mineral.
De acuerdo con algunos testimonios recogidos en supermercados y farmacias de cadena, en Caracas, hay coincidencia en denunciar el aumento semanal y sin justificación de este importante artículo infantil, refiere nota de prensa de la Superintendencia Nacional de Costos y Precios (Sundecop).
Mauro Vitola, padre de familia residenciado en el municipio Chacao, comentó que el precio es muy elevado, “no entiendo por qué se incrementa cada día”.
Subrayó que las presentaciones que traen menos pañales son, precisamente, las que más “suben” a pesar de que son las más compradas por los padres de familia, reseña la Agencia Venezolana de Noticias.
“Las de 16 cuestan ahora más de 57 bolívares, las de 24 pañales unos 78 bolívares y la de 32 valen casi 110 bolívares. Las presentaciones más grandes (de 60 y 68 unidades, respectivamente) cuestan cerca de 196 y 190 bolívares. Eso es un abuso”, dijo Vitola.
El promedio del precio de venta al público, por unidad, en algunos países de la región es (expresado en bolívares): Brasil Bs 0,62; Argentina Bs 1,17; El Salvador Bs 1,28; Estados Unidos Bs 1,50; México Bs 2,10; Colombia Bs 2,19 y Nicaragua Bs 3.
En estos países los pañales son mucho más económicos que en Venezuela a pesar de que son producidos y distribuidos en la región por la misma empresa transnacional.
Indira Bastidas, madre de un niño de dos años, aseguró que los comerciantes juegan a un terrorismo sistematizado, acaparando y especulando. “Me fijo en los precios de los pañales desde que se promulgó la Ley de Costos y Precios Justos y ha sido la única manera de que se detenga el alza constante. Es un ahorro significativo”, destacó.
No es un dato menor que el impacto de este producto en la inflación era del 33,57%, antes de que el Gobierno nacional tomara acciones para estabilizar el precio.
Isabel Quiñones, madre de dos niños, regresó de Argentina el pasado mes de diciembre y refirió que es sorprendente lo caro que están los pañales en su país natal.
“En Buenos Aires compraba en 89 pesos el paquete de 76 unidades; lo que al cambio significa Bs. 89, más o menos. La diferencia en el precio es de más de 60 bolívares por paquete, a pesar de que es la misma marca y presentación”, puntualizó.
La Ley de Costos y Precios Justos, en vigencia desde el 23 de noviembre de 2011, es un mecanismo de administración y control para mantener la estabilidad de precios y propiciar el acceso a los bienes y servicios a toda la población en igualdad de condiciones.
Este instrumento legal estabiliza los precios, defiende a los trabajadores y consumidores (protegiendo su ingreso) y frena los márgenes exacerbados de ganancia en algunos productos y servicios. Además, detiene la especulación que presiona el alza permanente de la inflación y fomenta un intercambio de bienes y servicios bajo criterios de equidad y justicia social.
Entre los productos priorizados en la primera etapa se encuentran: Ceras, cloros, jabón y enjuague de ropa, lavaplatos líquido en crema o gel, limpiadores desinfectantes, champú y enjuague para el cabello; desodorantes, jabón de baño, afeitadoras desechables, papel higiénico, toallas sanitarias, crema dental, enjuague bucal, jugos de frutas pasteurizados, compotas, pañales desechables y envases de agua mineral.
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