EDITORIAL 10-01-12
Zamora fue la victima de los conspiradores de su época.
Los oligarcas conservadores y los quinta columnas enquistados hasta los tuétanos en las filas liberales mataron a Zamora.
Un certero disparo que pegó en la cabeza del líder liberal, dieron por terminada la vida del revolucionario Jefe indiscutible del Ejercito Federal.
El 10 de enero de 1.860 un franco tirador apostado en el campanario de la Iglesia de San Carlos Estado Cojedes, accionó el arma asesina.
El Jefe Ezequiel Zamora había transformado la guerra entre los conservadores y liberales en un amplio movimiento popular liberador que levantaba las banderas de la liquidación de la oligarquía y la entrega de las tierras a los campesinos.
Hoy en tiempos de revolución moderna, los ideales de Simón Bolívar, los mismos que abrazó Ezequiel Zamora, son la inspiración del socialismo del siglo XXI.
No en vano el glorioso Himno del Partido Socialista Unido de Venezuela, hace honor a este venezolano digno y ejemplar, registrando en una estrofa: “Con tres raíces como inspiración florece el árbol. Son nuestros héroes que ahora nos guían, Simón Rodríguez, Zamora y Bolívar”.
La lucha de Ezequiel Zamora, el mismo de aquel grito: “Tierra y hombres libres”, se convirtió en un movimiento revolucionario que promete no dejar morir la causa Bolivariana.
Fue una insurrección popular-campesina que, desafió desde adentro a la sociedad venezolana, precisamente cuando esta se fortalecía asumiendo el poder a través de una minoría de propietarios y grandes terratenientes.
Zamora encarnaba en el momento, lo que hoy pudiéramos llamar la estirpe revolucionaria característica del venezolano y la venezolana.
Grandes cantidades de peones, campesinos y pobres se arrodillaban bajo el látigo del moderno esclavismo.
Zamora era odiado y perseguido por esa oligarquía cuya descendencia y herederos hoy pretenden derrocar a Chávez y Hugo Cabezas. Pero, jamás volverán! Aquí hay Hugo Pa´rato… Si va!
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