miércoles, marzo 28, 2012

Sebastián Francisco de Miranda Rodríguez

(Caracas, 28 de marzo de 1750 – San Fernando, Cádiz, 14 de julio de 1816) conocido como Francisco de Miranda, fue un político, militar, diplomático, escritor, humanista e ideólogo venezolano, considerado «El Precursor de la Emancipación Americana» contra el Imperio español. Conocido como «El Primer Venezolano Universal», «El Americano más Universal» , fue partícipe de la Independencia de los Estados Unidos, de la Revolución Francesa y posteriormente de la Independencia de Venezuela, siendo líder del «Bando Patriota» y gobernante de la Primera República de Venezuela durante esta última, en calidad de Dictador Plenipotenciario y Jefe Supremo de los Estados de Venezuela.
Viajó durante gran parte de su vida participando en conflictos armados al servicio de diversos países, entre los que destacan tres guerras a favor de la democracia: la Independencia de los Estados Unidos, la Revolución francesa, acontecimiento del que fue protagonista destacado, por lo que le fue otorgado el título de Héroe de la Revolución, y las Guerras de Independencia Hispanoamericana.
Destacó en la política como un firme defensor de la independencia y la soberanía de las naciones a nivel internacional. Militó en el grupo político moderado conocido como Girondino en Francia, fue firmante del Acta de la Declaración de Independencia de Venezuela, impulsor y líder de la Sociedad Patriótica así como también fue el creador del proyecto geopolítico conocido como Gran Colombia, que Simón Bolívar, trataría de llevar a cabo, tras la liberación de Colombia, Ecuador y Venezuela, en 1826 aspirando unificarlos en una sola nación.

Militar prodigioso, formó parte de las filas del Ejército Español y del Ejército Francés, alcanzando los rangos de Coronel y Mariscal respectivamente, además detentó el rango de Coronel en el Ejército Ruso, concedido por Catalina II la Grande y fue el primer Comandante en Jefe de los Ejércitos Venezolanos, ostentando el título de «Generalísimo». Su carrera militar contempla su participación en cuatro guerras, las Guerras Coloniales en Marruecos, la Guerra de Independencia Estadounidense, la Guerras Revolucionarias Francesas y la Guerra de Independencia de Venezuela, incluyéndose brillantes hazañas militares, como su desempeño en el Sitio de Melilla, su victoria en la Plaza de Pensacola (Florida Occidental) y su ofensiva en la Batalla de Valmy. De esta forma, Miranda en su carrera militar, fue combatiente destacado en tres continentes: África, Europa y América.2
A pesar de haber formado parte de tantos procesos revolucionarios y gubernamentales a nivel internacional, fracasó a la hora de poner en práctica sus proyectos en su propio país, Venezuela. No obstante; su ideal político perduró en el tiempo y sirvió de base para la fundación de la Gran Colombia, mientras que sus ideas independentistas influyeron en destacados líderes de la «Emancipación Americana» como Simón Bolívar y Bernardo O'Higgins.
Su nombre está grabado en el Arco del Triunfo de París. Su retrato forma parte de la «Galería de los Personajes en el Palacio de Versalles»; su estatua se encuentra frente a la del General Kellerman en el Campo de Valmy, Francia.
Infancia y vida familiar
Los orígenes de Francisco de Miranda fueron relativamente humildes. Su padre, Sebastián de Miranda Ravelo, nació el 12 de septiembre de 1721 en Puerto de la Cruz,4 5 población del valle de La Orotava, en Tenerife, una de las Islas Canarias y posiblemente emigró a Venezuela como consecuencia de la erupción del volcán Teide, el día 31 de diciembre de 1704, que afectó particularmente a dicha población y que después se vio asolada por la presencia de piratas ingleses, conflictos políticos y penurias económicas de las Islas Canarias. Sebastián de Miranda, por razones de nacimiento (i.e., sospechoso de ser mestizo de guanche), pertenecía a una categoría social considerada inferior a la de los blancos españoles y los criollos que se denominaba entonces blancos de orilla, y por ello trató de demostrar en un juicio real que sus orígenes eran «puros» para así poder obtener mayores privilegios sociales.
Logró llegar a Caracas y establecerse como comerciante de lienzos y, con el tiempo, contrajo matrimonio, el 24 de abril de 1749, en la Iglesia Catedral de Caracas, con la caraqueña Francisca Antonia Rodríguez de Espinosa, también de origen canario y necesariamente blanca; de lo contrario, la boda no hubiera aparecido en el registro de matrimonios y sus hijos jamás hubieran podido ir a la Universidad. El primogénito de nueve hijos e hijas del matrimonio, Sebastián Francisco de Miranda nació el 28 de marzo de 1750 en Caracas. Sus hermanos se llamaron Ana Antonia, Rosa Agustina, Micaela Antonia, Miguel Francisco, Javier, Francisco Antonio, Ignacio José, Josefa María y Josefa Antonia.
El 5 de abril de 1750 fue bautizado en la Iglesia Catedral por el maestro Juan de Rada, siendo su padrino el bachiller Tomás Bautista de Melo.6 El 27 de diciembre del mismo año le fue administrado el sacramento de la confirmación por el obispo de Caracas, Manuel Machado y Luna.7 8 En sus inicios, la familia Miranda era económicamente modesta y vivía dentro del grupo de colonos canarios llegados a Caracas que, en costumbres, trato y nivel, formaban un núcleo aparte de los blancos criollos, los españoles y los pardos; y aunque jurídicamente no estaban discriminados, socialmente no era así.
Sebastián Francisco en territorio americano), reflejo todo ello de conflictos sociales y raciales latentes y una de las causas de la Independencia. Había cierta dosis de desprecio de los mantuanos hacia su padre por ser un comerciante, ocupación que a sus ojos lo inhabilitaba para ser Capitán de Milicias.

Miranda en la Revolución Francesa

En 1792 Miranda participó en la Batalla de Valmy, una de las batallas más importantes de las Guerras Revolucionarias Francesas
Arrestado varias veces durante el reinado del terror, Miranda fue amenazado con ser deportado después de una medida del Directorio de la Monarquía y los Girondinos. Por sus servicios como Mariscal de Francia, su nombre fue grabado en el Arco de Triunfo de París construido durante el Primer Imperio de Napoleón I.

América del Sur (1806–1812)


Recibimiento de Miranda en La Guaira, Mauricio Rugendas, siglo XIX.
Su contribución más grande está, probablemente, en las guerras de independencia hispanoamericanas. Miranda tuvo la visión de un gran imperio independiente que agrupara a todos los territorios que estaban en poder de españoles y portugueses desde la margen derecha del río Misisipi en el norte hasta la Tierra del Fuego en el extremo sur del continente. El imperio estaría bajo dirección de un emperador hereditario llamado Inca para apaciguar a las etnias indígenas y tendría una legislatura bicameral. Concibió el nombre Colombia para este imperio, inspirándose en Cristóbal Colón.
Con ayuda británica, Miranda invadió Venezuela en 1806. Llegó al puerto de La Vela de Coro el 3 de agosto, donde la bandera venezolana tricolor fue izada por primera vez, pero al no encontrar apoyo popular se reembarcó diez días después.
El 19 de abril de 1810, Venezuela inició su proceso independentista, por lo que Simón Bolívar persuadió a Miranda para volver a su tierra natal y fue nombrado general del ejército. Cuando el país declaró formalmente su independencia el 5 de julio de 1811, tuvo el honor de firmar el Acta de la Declaración de Independencia de Venezuela. Más tarde, en 1812, asumió la presidencia con poderes dictatoriales, tras ser nombrado Dictador por el Congreso con el rango de Generalísimo.

Miranda en La Carraca, Arturo Michelena; Últimos días de Miranda en prisión en San Fernando, cuadro historicista de 1896: Óleo sobre tela – 196,6 x 245,5 cm. Galería de Arte Nacional, Caracas, Venezuela).


Prisión y muerte
Desde el puerto de La Guaira, Miranda fue transportado al Castillo San Felipe de Puerto Cabello donde a principios de 1813 escribe desde su celda un memorial a la Real Audiencia de Caracas exigiendo el cumplimiento de la capitulación de San Mateo. El 4 de junio de 1813 es trasladado hacia la fortaleza de El Morro, ubicada en Puerto Rico y de allí a España donde es encerrado en el calabozo del penal de las Cuatro Torres del arsenal de la Carraca en San Fernando. Allí sólo recibió algunas noticias y ayuda de algunos amigos. Miranda planea escapar hacia Gibraltar pero un ataque de apoplejía frustra sus planes y muere, a los 66 años de edad, el 14 de julio de 1816.
Una pintura de óleo del artista venezolano Arturo Michelena de título Miranda en la Carraca (1896) —que retratan al héroe en la cárcel española en donde murió— se ha convertido en un símbolo gráfico de la historia venezolana y ha inmortalizado la imagen de Miranda para las sucesivas generaciones de venezolanos.
En Venezuela se honra con el nombre de Miranda a distintas avenidas, calles, plazas, autopistas y parques. Asimismo, lleva su nombre la tercera entidad más poblada del país, después del Zulia y Caracas, el Estado Miranda.


Monumento al Generalísimo Francisco de Miranda en el Panteón Nacional, Caracas, Venezuela.
Hasta el día de hoy ha sido imposible el reconocimiento de sus restos ya que al morir fue enterrado en una fosa común en el cementerio del Arsenal de la Carraca. Mientras tanto, le fue dedicado un cenotafio en el Panteón Nacional de Venezuela, donde también están los de Antonio José de Sucre y Andrés Bello. El monumento, diseñado por el escultor italiano Julio Roversi,13 está coronado por una escultura del general sobre un pequeño pedestal donde hay una placa con las fechas y lugares de su nacimiento y muerte. El pedestal se asienta sobre un mausoleo simbólico decorado con motivos funerarios y con las puertas abiertas. Delante hay un sarcófago que está siendo abierto por un águila, símbolo de poder, la cual, a su vez, está custodiada por una alegoría de la libertad. A sus pies, una placa contiene el siguiente epitafio:
Venezuela llora por el dolor de no haber podido hallar los restos del General Miranda, que han quedado perdidos en la huesa común de la prisión en que espiró este gran mártir de la libertad americana. La República los guardaría con todo el honor que les es debido en este sitio que les ha sido destinado por Decreto del Presidente de ella General Joaquín Crespo, fechado el 22 de enero de 1895.
Las puertas y la tumba parcialmente abierta simbolizan la esperanza de Venezuela de encontrar los restos del prócer, aguardando su llegada.

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