EDITORIAL 15-03-12
El Gato Volador terminó aceptando su propio destino y antes de agotar su última vida provocó su expulsión de las filas de militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela.
José Gregorio Briceño, Gobernador del Estado Monagas, conocido como el Gato Briceño, saltó la talanquera.
Este sujeto ambiguo y genuflexo se empeñó en acumular faltas de indisciplina para que el Partido lo expulsara de sus filas y mantener el show vivo.
Este traidor es otro que deja caer la careta.
El Gato Volador terminó aceptando su propio destino y antes de agotar su última vida provocó su expulsión de las filas de militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela.
José Gregorio Briceño, Gobernador del Estado Monagas, conocido como el Gato Briceño, saltó la talanquera.
Este sujeto ambiguo y genuflexo se empeñó en acumular faltas de indisciplina para que el Partido lo expulsara de sus filas y mantener el show vivo.
Este traidor es otro que deja caer la careta.
El Gato, voló. Ahora es el Gato Volador. Seguramente termina como los otros traidores, en el basurero político.
Y es que, este tipo de míseros personajes no aguantan las reglas morales que todo revolucionario, socialista, ha de observar en el ejercicio del gobierno.
El Gato volador es un consumado corrupto. Un farsante que no le dio la gana de acatar líneas partidistas y las directrices del máximo Líder, el Comandante-Presidente Hugo Chávez.
El lado bueno de esta circunstancial situación, es que nos damos cuenta que la Revolución Bolivariana continúa su ciclo de auto depuración.
Que se vayan pal sipote los Gatos, los perros y las ratas.
Que se vayan pal’carajo! Que nos dejen construir el socialismo con el Comandante- Presidente Hugo Chávez a la cabeza.
Y nosotros aquí Trujillo sigamos fieles y leales a Chávez y a Hugo Cabezas… Si va!
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