¡HASTA SIEMPRE GORDO! ¡HASTA SIEMPRE PRINCIPE! ¡HASTA SIEMPRE CAMARADA!
¡DIOS TE BENDIGA, Y HASTA SIEMPRE ALFONSO!
Más allá de la luz eterna está el secreto de la vida después de la muerte.
Ahí donde el Dios del Cielo y de la Tierra mora por la eternidad y se encuentra con sus hijos, ahí moraran los restos de nuestro amado Alfonzo González.
Antes de realizar el eterno viaje, Alfonzo González, lo conocimos en la lucha por un mundo de justicia. En la pelea diaria a favor de los más necesitados.
Se va nuestro querido amigo, cargado de bendiciones y agradecimientos. Se va dejando una montaña de buenas acciones. Se va porque se supo ganar el descanso eterno.
Desde sus tiempos de muchacho comenzó a pintar el camino de rebeldía por todo aquello que a la vista era injusto. Ese ímpetu de juventud rebelde lo hizo colocar en la primera fila de la lucha estudiantil.
Fue Alfonzo Andrés un recio dirigente estudiantil. Un rebelde con causa.
Cierto es que cuando se comienza a vociferar en contra de la injusticia ya no se puede parar. Y eso ocurrió con el querido Alfonzo González. Ya no pudo parar. Y siguió la lucha revolucionaria.
Ya no eran los problemas que movían la causa estudiantil de los años 70 y 80. Ahora se trataba de su querido Trujillo.
Alfonzo González había decidido lanzarse a la calle para luchar por un sistema político digno, humano. Estaba convencido que sus paisanos y su pueblo lo necesitaban al frente conjuntamente con la muchachada de la época.
La lucha pintaba larga y peligrosa. Pero, el Trujillo aquel que inspiro el Conticinio, canto eterno al valle de los Mukas, lo requería. Fue así con se convierte en un aguerrido dirigente estudiantil, político y socio-cultural. Sin dejar de ser un excelente estudiante y buen deportista, se desprendió a transitar hasta el sol de hoy.
El territorio de los Kuikas tenía en su vientre a un amigo a un Kuikas.
Alfonzo González fue un Excelente hijo, solidario amigo, mejor vecino, gran Padre y Esposo. Amigo de los amigos. Implacable con los adversarios políticos. Chavista hasta la medula. Revolucionario de convicción.
Sus actos de vida fueron signados por la sinceridad y su actuar por la humildad. Hombre leal. De convicciones.
A ese lugar sin geometría, llamado el Paraíso, hasta allá acaba de viajar nuestro querido y admirado Alfonzo Andrés González Araujo.
Hoy, juramos seguir el camino tal y como dijo el Comandante Chimiro, “el camino es duro pero, es el camino”.
Prometemos que la sombra del olvido no cubrirá tu tumba amigo eterno. Pues, no será fácil obviar tu obra. No será posible un conversatorio sin tus recuerdos y el grito guerrero de la Brigada Che Guevara… Adiós Alfonzo Andrés González Araujo, no olvidaremos que el cielo no se asalta… se gana... Como tu te lo ganastes… Hasta la próxima Gordo! Si va!
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